Comentario
El judaísmo, la religión judía y la historia del pueblo se imbrican de manera profunda en la vida tradicional de las comunidades y los individuos judíos. El mecanismo como se hacen presentes es a través de ritos celebrados periódicamente, así como aquellos que marcan los acontecimientos fundamentales de la vida cotidiana.
En el rito diario siempre está presente la relación del individuo con la divinidad, así como el agradecimiento constante del creyente por todo lo recibido. Así, existe la obligación de rezar tres veces al día, correspondiendo cada acto de oración a uno de los sacrificios diarios que debían realizarse en el antiguo templo.
Es muy importante en el mundo judío el sentimiento de comunidad, probablemente por razones históricas. De esta forma, existen rezos que sólo pueden ser realizados en presencia de varios acompañantes o de una asamblea (minyan), tradicionalmente integrada por diez hombres adultos desde el punto de vista religioso, es decir, mayores de trece años.
La higiene personal es una cuestión de suma importancia, no sólo por razones sanitarias sino también por cuanto significa de reflejo de la perfección y la pureza de Dios.
Prácticamente todos los actos cotidianos tienen su correspondiente bendición, lo que hace que incluso las tareas más mundanas tengan relación con la santidad.
Antiguamente en Israel se leían de forma semanal fragmentos de la Torá en un ciclo de tres años de duración, si bien en la actualidad predomina la tradición babilónica de leer toda la Torá en un ciclo anual. También durante el Sabbath se lee la Torá, el fragmento que corresponde a la semana, que es estudiado en profundidad. Igualmente se lee parcialmente los días de mercado del antiguo Israel -lunes y jueves-, es decir, cuando se producían grandes aglomeraciones.
A la entrada de la casa judía, en un rincón dispuesto para tal fin, se guarda la mezuzah, un estuche de madera que guarda un pergamino en el que se recuerda a Dios y su carácter omnipresente y siempre vigilante de los actos de los hombres.